El Salón de Gourmets siempre es un buen escaparate en el que observar las novedades que se pretenden introducir en el sector agroalimentario, y sobre todo cuales tienen posibilidades de prosperar en el complejo mundo de la gastronomía, porque en ocasiones hay alguna idea feliz poco estudiada.
Se nota que la crisis se esfuma poco a poco en que hemos visto un buen número de productos novedosos, fruto de tiempo de investigación e innovación, que ven ahora la luz porque son palpables las posibilidades de prosperar… buenas noticias en definitiva. Nos quedamos con las siguientes propuestas:
- Pajitas comestibles: la empresa “Sorbos” apareció en el salón con unas pajitas que además de permitir ascender líquidos por ellas camino de nuestra boca nos dan la satisfacción final de poder saborearlas y hacerlas desaparecer en nuestro estómago. Las hay de varios sabores, desde fresa, lima o jengibre hasta canela o manzana verde.
- Cervezas viajeras de San Miguel: la revolución que están produciendo la aparición de cada vez más cervezas artesanas ha hecho que el grupo Mahou-San Miguel no haya permanecido impasible. Por un lado ha comenzado a comprar algunas de ellas para aumentar porfolio y detener este fenómeno, y por otro han creado diez cervezas de grifo combinando proporciones de lúpulo y alcohol desde tres barriles. En función de cómo nos guste casi podemos crear nuestra propia cerveza. Las más ricas, la Dorchester y la Hamburgo.
- Huevo a baja temperatura: esto no es tan novedoso en cuanto a que seguramente hemos oído hablar de él o incluso lo hemos degustado en restaurantes de alta cocina. Lo original es que de la mano de Granja Campomayor el huevo a baja temperatura se cuela en todos los hogares. Lo elaboran con cáscara y se regenera en un momento en el microondas. Ha sido el premio a la innovación en el Salón de Gourmets de esta última edición.
- Queso azul Peñoceo: todavía no ha salido al mercado y este queso de cabra asturiano se ha colado entre los tres mejores de España en su categoría. Se elabora en Illas, muy cerca de Avilés, en la conocida quesería La Peral, y sorprendió a propios y extraños por su complejidad y singularidad.
- Polvo de pulpo: puede parecer sencillo, pero detrás de esta novedad de la empresa almeriense Maresiccus están muchos años de pruebas y errores. ¿Para qué sirve? Pues nos permite dar potencia de sabor a un arroz, unos raviolis o una vinagreta. Lo bueno es que tiene fácil conservación, y no solo es versátil sino que está bueno.
Y así podríamos seguir casi hasta escribir un libro, con la sal dulce de Utah, la morcilla vegetal, los bombones de cerveza o la conserva de ostras con notas cítricas y picantes.
Lo importante es que el mundo gastro se mueve, y que la innovación continúa.
Artículo de David Fernández-Prada para www.clubpasionhabanos.com